...Corren muy malos tiempos para la música, al menos para algunos. Las discográficas quiebran, las televisiones nos cierran las puertas, dejando un único hueco para los cantantes nacidos en concursos. La ley ampara a las víctimas de robos -pero si lo que se piratea es “sonido”, la historia cambia...-, Internet nos promociona, aunque a muy barato precio... La mitad de los artistas mueren en el intento mientras que la otra mitad, esa que me inspira hoy... evoluciona.
Existen miles de MÚSICOS ANÓNIMOS que nunca han trabajado para triunfar; es más, visto lo visto, ese es su último objetivo. Ni interés por ser famosos, ni por firmar autógrafos... Conciben la música a la antigua: como medio de expresión y de acercarse al mundo, sin más pretensiones...
Tantos intentos fallidos de grabar, tantas promesas rotas, tanta incomprensión...
Encerrados en su mundo, hacen música para vaciar sus corazones y deleitan con la escucha a colegas íntimos en cenas nocturnas...
Uno de esos MÚSICOS ANÓNIMOS, quizás de mis favoritos, se llama "Lin". Como se ve, ni nombre artístico tremendo, ni apellido con fuerza... simplemente eso, "LIN". Quizás le quedó el apodo como resultado de una mala pronunciación de su nombre por un familiar pequeñito, no sé... El caso es que esas tres letritas definen a una bomba de artista en todas sus vertientes...
Hoy en día, si cantas bien o tienes una buena imagen, te llueven facilidades... Grabas en los mejores estudios del extranjero, con músicos super conocidos, asesores de imagen, campañas publicitarias... Y la crítica escribe de ti maravillas... Claro que para ello has de saber moverte en grandes ciudades, codearte con los personajes de moda que mueven los hilos... Pero ese no es el caso de este anónimo del que os hablo.
Creció en Andújar (cuna de grandes cantaores) y se crió en la Lagunilla, aprendiendo entre el río Jándula y la calle... El colegio lo pisó poquito, cosas de la vida, pero no por no poseer una gran cultura de libros escolares tiene una manera de expresar la vida menos refinada. Ya adolescente, volvió con su familia a Córdoba.
Aunque empezó tocando la batería, haciendo coros o de bajista en grupillos de la época, los que le rodeaban pronto se estamparon con su gran talento, ascendiendo veloz al rango de “cantante a la guitarra” o “compositor a medias” con otros tan divinos como él.
...Desde que conozco "al Lín", -porque es “el Lín” y no "Lín"- han pasado por mis manos las más increíbles maquetas, empapando mi corazón y dejando cada nota una huella imborrable en mi vida...
Quizás esa infancia “no fácil”, esa escritura infantil (no le gusta nada su letra), esas dificultades en avanzar en una gran ciudad, ese “ser gitano” en un mundo payo, esa carencia de bienes y dinero (suplidos por unos no menos exquisitos guisos con hinojos preparados por su "máma Tomasa") hacen más meritorio su trabajo...
Las canciones brotan de su interior, con una literatura impresionante y bonita... Lo maravilloso no es lo que siente, sino cómo lo siente él y cómo lo testifica... Y esa voz solo suya, ronca y sentida... La dificultad de su corazón al manifestarse en el día a día se traduce, al pasar por su garganta, en un sonido roto y melancólico... No obligatoriamente triste, pero dicen que siempre impregnado de nostalgia...
La primera vez que tuve la suerte de escuchar uno de sus trabajos, viajaba a Italia en furgoneta. Mi único CD -para tres días de viaje- era suyo, por olvido de alguien en mi casa. Yo, camarera eterna, solo tenía conciencia de su existencia por haberle puesto alguna que otra copa cualquier noche. Tan chiquitillo, delgadito como una lagartija, morenillo (tirando a negro) y con su pelo afro-gitano... No me lo podía creer. ¡Qué perdida de tiempo...! En la segunda canción mi garganta echó un nudo irreparable y me salpicó su dolor sin poder evitarlo...
Por entonces grababa con aparatos precarios en su salón, con “el Panki”, “el Añil”, “el Tano”, “el Güito”, “el Nani”, “el Miguel”... artistas impresionantes de mi Córdoba....
Trabajaba por dos duros observando y aprendiendo lo que sería su meta. Con los años se compró un portátil, buenos “cacharros” y mejores programas de grabación. Aunque el entorno, lejos de los grandes estudios discográficos, sigue siendo su salón. Su cultura musical me da veintemil vueltas en todo tipo de ritmos latinos, funky, música negra, flamenco... y su “saber” en indagar los rincones del alma, ni te cuento...
Sin saber exactamente el significado verdadero de la tecla “Alt Gr”, "el Lín" comienza a trabajar en su estudio casero y te deja fría observar su soltura. Me da que toquetea los botones por inercia, investigando y, casi siempre, acertando. Compone sus melodías, escribe las letras, las interpreta, toca todos los instrumentos, inventa los arreglos...
El mercado musical de ahora no está hecho para él. Hoy en día no se valora la creación. Lo que se lleva es el “producto”. La personalidad aprendida. Las marionetas que no opinan... Y yo no estoy hablando de un producto.
Uno de los mejores cantantes con los que cuenta nuestro país, al escuchar una de sus canciones, quedó en silencio por lo elegante y distinto que era su sonido y susurró: “Madre mía Lín, te van a llover bragas....”. En una entrevista a Raimundo Amador, al preguntarle que con qué "grande" le había gustado compartir escenario, si con B.B. King o con quién, respondió: "Yo prefiero con mi Lin"...
Ha colaborado desde la sombra en proyectos que todos conocemos, pero el boca a boca es su medio de transporte. Y no tiene disco en la calle, aunque sus maquetas robadas se vendan en los mercados de muchas ciudades desde hace años...
¿Entonces de qué nos quejamos? Porque como él, hay mogollón de MÚSICOS ANÓNIMOS que lo tienen todo, pero el sistema se conforma con productos rancios, copias de copias, que no dicen nada y transmiten menos...
Nos cuentan que no hay programas musicales, porque baja la audiencia... ¿No va a bajar?. Todos los que salen en las “galas” recuerdan a alguien -pero en cutre-, están vacíos, bailotean torpemente e imitan como poseídos los “dejecillos” horteras de operación triunfo... La música ha dejado de ser un “reconocimiento” al arte, para pasar a ser un “que te reconozcan por la calle”...
El día en que el país tenga el placer de escuchar "al Lín", y a otros tantos como él, volveremos a creer en la música. La parte positiva de la crisis es que esta gente tan verdadera sigue currando, de manera oculta y, regalando a los que tenemos ese privilegio, auténticas obras de arte para el alma... Y lo malo, que estos anónimos se nos cansen, y no podáis los demás sino imaginar que aún nacen artistas esperando repartir su esencia por los caminos...
Entretanto, me recargo susurrando una de sus letras...
...”Como agua que se queda en un charco prisionera...
así estoy yo.
Así soy yo.
...Nace entre la duda la invasión de la locura,
no sé que pasa en mi mente, no soy yo...”
...Ánimo Lín, que ese talento infinito hay que compartirlo...
Publicado en febrero-RK magazin
1 comentario:
Hola, tengo 17 años, me gusta componer y me gustaría dar a conocer mi música y mis letras.
https://www.youtube.com/watch?v=YOmb5P54H7Y
Espero que os guste.
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