domingo, 11 de julio de 2010

104. GRIMAS de BARRAS...

A veces me cuesta hablar de personas que vienen al bar por querer guardar su anonimato. Mira que nunca doy nombres, y aún así ya me ha llegado algun desconocido preguntándome si al que llamo "el Robocop de dos metros" es tal, o que sospechan quién es "el buenazo de gafas" o el "Draculín"...
Pero es que necesito compartirlos, a ver qué le hago...

Entre los personajes que me visitan, reconozco que algunos me ponen de los nervios porque tengo que prestarles demasiada atención, o porque no me han hecho nada pero me resultan repulsivos y son taaan educados que no puedo negarles charla, o... sencillamente porque me engriman...

Uno de ellos es al que denomino "cara pescao". Y verás, que el hombre es buena persona, correcto, paga siempre... pero tiene un detalle que no puedo evitar que me de grima: hace una especie de percusión que suena a castañuelas.
Es horrible, en serio. Tener que sonreírle mientras toca una especie de palitos que siempre lleva en el bolsillo, no pudiendo evitar cruzar los dedos -de manos y pies- y tener en los dientes la sensación que me produciría escuchar el chirriar de la tiza en una pizarra, el sonido del metal del tenedor en mis paletas al comer o morder un trozo de algodón. Hablo de GRIMA.

A ver, que en serio que el hombre es buena gente...
Le llamo "cara pescao" únicamente en mi pensamiento. Porque es como muy blanco, con un color de cara que me recuerda a las ingles de las vacas, así con especie de manchillas, pelo claro... Una especie de albino andaluz que recuerda a la comida de los hospitales. Sobre todo a la que comen los que acaban de ser operados del estómago. Un "en blanco" que le dicen...

La cosa es que cuando pongo flamenco a cierta hora de la noche, aprovecha cualquier tema que le suene a "rumba" para sacar sus palitos.
Y la grima no solo es cuando los toca. Es la cara que pone. Y el gesto.
Ay, socorro... lo pienso y me engrimo sola...

Tendrá unos cincuenta y pico años, por lo que lleva camisa y pantalón, de esos de raya planchada y bolsillo atrás falso, como los de Filemón. Y como los hombres de su edad, que sin estar gorditos tienen su poquito de panza, pues se coloca la cinturilla a la altura del ombligo. No tanto como Julián Muñoz, pero sí por mitad de la barriga, supongo que para disimularla...

Cuando hace el sonidito ese del que hablo, me mira fijamente abriendo tanto los ojos que parecen redondos (se pone rosa su cara del esfuerzo siempre), toca los palitos con el brazo a la altura del codo, y.... socorro... hace una especie de meneíto de pelvis/caderas/rumbero. Vamos, una grima...
Y lo peor: NO LLEVA EL COMPÁS BIEN!!!

Cuando entra por la puerta siempre miro a mi chico (si está, porque es el único que siente lo mismo que yo) y le hago (a mi chico y de lejos) con disimulo el vaivén de cintura mirándole a los ojos como lo hace este hombre y simulando tocar los palitos.

Se pone malo... jajajaja...

El otro día fue gracioso, porque estando en el ordenador del bar poniendo música y charlando con mi chico, llegó el hombre de los palos y dijo:
-Todavía no le he enseñao a "tu marío" lo que hago. Sería un placer que me pusieras algo de flamenco que se preste a...-se miró los bolsillos y no traía los palitos-... ehmmm... me dejarías dos cucharas grandes?- me dijo y yo pensé...SO-CO-RRO....
(Tengo que advertir que mi chico está pasao de compás y se pone negro cuando alguien toca palmas o hace percusión sin el ritmo perfecto).

Por supuesto que el hombre no recordaba que le había hecho a mi chico el número ya en otra ocasión, y yo, aprovechando la cara de empanao que se le quedó a mi hombre (de puro corte y sospecho que realmente se aguantaba la risa na más), dije:
-Por supuesto, espera que te doy las dos cucharas y te pongo al Pele con Vicente, que a esa música le va mucho tu compás!!!- mi chico me miró con cara de asesinarme...

Jajajajajajaa... puse el tema y directamente me quedé de espaldas a ellos haciendo que miraba cosas en el ordenador... Jajajajajjaja...
Yo solo escuchaba de fondo el interminable momento grimoso del sonido castañuela, y de imaginar la cara de mi chico me caían lágrimas de la risa... Y de imaginar el movimiento de cadera... jajajajajjajajaja...

Por supuesto no voy a reproducir lo que mi señor "marío" me soltó por las fatigas que le hice pasar... jajajajjajajajjaajjaja..