miércoles, 1 de diciembre de 2010

108. LUCHA CONTRA EL SIDA

A veces pienso que es peor que el daño que hace el sida en sí, el daño que se hace a los enfermos de sida.
Hace muchos años, tuve una amiga que ingresó por cualquier enfermedad común, pero por tener sida, para ella era un problema más grande.
Recuerdo aquella planta, donde todas las habitaciones tenían un balcón común. Balcón por el que cualquiera podía entrar de cuarto a cuarto...
Recuerdo que ella no podía tener ni tan siquiera un walkman, porque eran comúnes los robos mientras se dormía. Nadie controlaba la privacidad de nadie.
Recuerdo miles de visitas de grupos de ayuda, de religiosos, de personas que venían a darles charlas, y nunca olvidaré que nadie llevaba mascarilla.
Yo sí.
Yo me duchaba y me ponía ropa limpia en cada visita, y me colocaba aquella mascarilla mágica que evitaría que mi amiga baja de defensas pudiera contagiarse de cualquier virus mío. Porque yo veía así aquel objeto. Era mi único arma para no enfermarla de esos microbios que posiblemente habitaban en mí sin más problema, pero que en ella podían ser desastrosos.
La mascarilla era para protegerla a ella.
Mi amiga entró en aquella planta con algo leve, y acabó con todo tipo de enfermedades, que pilló en aquel hospital...
Nunca entendí por qué tan poco cuidado había en proteger a aquellas personas sin apenas defensas de las enfermedades de los visitantes, los familiares, los que daban charlas... Nadie en la puerta te avisaba de la necesidad de protegerlos. Allí llegaba gente con resfriados, gripes, mocos, y miles de cosas que sus defensas podían atacar perfectamente, pero que quizas las de los enfermos no podían batallar con igual fuerza.
En la cama de al lado de mi amiga había una enferma terminal agonizando, que murió de hecho, y que acabó por sumirla en una profunda depresión acabando con las poquitas defensas que tenía...
Apenas íbamos a visitarla dos personas ajenas a su familia, porque no habían querido comunicar a nadie su enfermedad, miedos de la época o qué sé yo. Por lo que mi amiga aún se iba sintiendo más triste, pensado que no importaba a nadie...
Mi amiga murió y aquella noche prometí hacerle una fiesta. Ya ves... Me llevé a su hija a casa, y a la hija de la otra persona que junto a mi la visitaba, y compramos refrescos y chucherías... Bailamos y lloramos sin descanso..

Hoy en día el sida no te lleva a la muerte como antes. Es una enfermedad con la que puedes tener una vida plena.
Pienso que la mejor batalla que se puede hacer es tener conciencia de lo que es y ser más respetuoso con los enfermos. Son las mismas personas. No han cambiado.
El sida se contagia por sangre, semen, secreciones vaginales, y de la madre al bebé a través de la leche materna. Y para eso existe la protección. Ni las heces, ni el pipí, ni el sudor, ni las lágrimas ni la saliva son un problema. Puedes compartir piscinas, platos, cubiertos, ropa... Y OS ASEGURO QUE BESOS Y ABRAZOS.

viernes, 26 de noviembre de 2010

107. El hombre de pelo blanco...


... Ni siquiera lo conocía, y ya estaba trabajando para él. Y durante todas aquellas tardes en que pintaba emocionada el bar donde iba a trabajar, me preguntaba si el dueño, aquel hombre de pelo blanco al que únicamente había visto una vez y que estaba de viaje, sería un buen jefe...
Pero, por cosas de la vida, tuvo que quedarse en aquel lugar lejano sin que hubiera podido enseñarle lo bonita que había quedado la barra...
Y aunque nos separaban más de treinta años, una noche decidí escribirle una carta, sin apenas conocerlo, guiada por el profundo cariño que le tenía a sus hijos, por un sentimiento de nostalgia, de imaginarlo solo en aquel país... No sé...
Fui una entrometida, soy consciente, pero cuando recibí su respuesta supe que mi decisión había sido acertada... Y ahí nació una amistad entrañable, en la que dos personas desconocidas abrían su corazón de una manera mágica... Era algo aparte de la amistad que me unía a sus hijos, era algo entre él y yo...

El hombre del pelo blanco regresó, y mira tú el destino, que llegamos a ser familia política, y alguna vez se dirigió a mi como "sobrina", lo cual me encantó...
Tenía una voz cascada, una mezcla de afonía y tabaco, con mucho encanto, y una conversación de persona que ha vivido intensamente sin pensar en el futuro... Y cuando lo miraba a los ojos, se me mezclaba con su cara la belleza de uno de su hijos, y pensaba: "quién tuviera 20 o 30 años más"... Conservaba esa esencia de "atractivo perpétuo" sin que el tiempo la nublara...

El hombre del pelo blanco tuvo una vida plena... Hizo todo lo que quiso y más... No se privó de nada, ni siquiera de castigarse el cuerpo, porque era un hombre libre, y quien quisiera tenerlo a su lado, tenía que respetar sus alas...

Pero era tan absolutamente independiente, que cansado de los achaques que venía ya arrastrando, decidió que ya había aprendido todo lo que necesitaba en esta vida... Se despojó del vestido una noche en pleno sueño, y se fue a volar...
No sé si estoy triste o estoy feliz, tengo las emociones a flor de piel... Lloro, pero sonrío... Triste por los que quedan, feliz por haber tenido la suerte de haber compartido momentos... Aunque mientras siga en mi recuerdo, seguirá en mí presente.

Nadie se aleja de las personas a las que quiere. Puedes sentirlas cerca, con vestido o sin vestido, porque siempre están a tu lado... SIEMPRE

Querido hombre de pelo blanco... espero que estés feliz, espero que me recuerdes. Que veles por los tuyos y que saludes a los míos que están allí... Cuídate.

domingo, 22 de agosto de 2010

106. Tiene narices el bar de carretera!!!


...Y siguiendo con las anécdotas de bares, me remonto a la gira del primer disco..
Íbamos con prisa, no recuerdo a donde, pero no encontrábamos ni un miserable bar en la carretera para echar una paradita y comer bien. A mi me importaba un pito mientras fuese limpio, porque siempre comía ensaladas en los viajes, pero el resto de la banda no solía arriesgarse e intentaba buscar algo conocido por alguno.
Pero como no había manera, paramos en el único restaurante que no nos obligara a salir de la autovía...
Y es una pena que no recuerde el nombre del lugar, la verdad...

En total, contando al conductor, íbamos nueve personas, por lo que nos pusieron en una mesa grande muy cerquita de la puerta. Recuerdo que hacía calor, debía ser verano.

Cuando el camarero vino a traer la carta... GLUPS...
Supongo que debí ser la primera en percatarme del "detalle", y me entró el pánico...
Mi mezcla de educación y corte me hace imposible quejarme en los sitios de comidas. Prefiero pagar a reclamar. Pero la mayoría de mi banda es más "normal" que yo respecto a esas cosas. Y bastante más escrupulosa...
Me da un poco de cosa hablar del "detalle", porque a cualquiera le puede pasar, pero es que... socorro...

El camarero era un tipo con una gran nariz. Aguileña y con las aletillas levantadas. De esas narices peligrosas que nada pueden esconder...
Y bueno, al grano, uno de sus orificios nasales albergaba el moco más grande que había visto en mi vida. El moco más inmenso y asqueroso que haya tenido un público tan numeroso como el que ocupaba mi mesa... Un moco verdoso y consistente, tan solo posible -o eso creía yo- colocándote un gran pegote de blandiblú en el agujero. En serio. Algo increíble... De un diámetro de dos centímetros sin exagerar y, exagerando, como un melón...

Y uno a uno, todos mis comensales se fueron fijando, con la consiguiente mueca de asco.

Y es cierto que a cualquiera le puede pasar, lo que no veíamos normal es que los múltiples camareros y camareras del restaurante no le dijeran nada, joer, que estaba vendiendo comida y quitándote el hambre a la vez. Y por la espesez, tenía pinta de llevar horas con aquel "adornito"...

La cosa es que preguntó los primeros y, menos yo, todos pidieron gazpacho.
-Con guarnición?-preguntó el hombre-moco.

...Hhhhmmm... Todos se lo pensaron y yo les leí la mente: "mejor sin guarnición, por si se cuela parte del moco en la guarnición y se mimetiza con ella".

Nada más partir el camarero a la cocina, los comentarios fueron monotemáticos: Moco p'arriba, moco p'abajo...
Que si "vaya asco", que si "mejor que vuelva con el moco en la nariz, y así lo tenemos controlado", que si "como venga sin moco yo no como"...

Me arrepentí de haber pedido ensalada, consciente de que en la lechuga era donde mejor podía esconderse un moco. Y de hecho, la mareé pero no comí.

La gran vergüenza es que cada vez que venía el camarero, los integrantes de mi banda se tapaban la cara con las servilletas para no ver el moco, y le pedían así, en medio de ataques de risa...
Intentamos pedir a otra camarera, y a otra, y a otra... y la respuesta siempre era:
-Pídan a su camarero ("el del moco", retumbaba en nuestras mentes), que es el que lleva su mesa, gracias...- ains...

El Lin, que venía tocando la guitarra, parece ser que fue a la cocina y le dijo a sus compañeros que por favor le dijeran que tenía un moco. Pero la contestación era "ya, si lo hemos visto, pero nos da cosa decírselo"...

Por tanto, ocho cuencos de gazpacho y una ensalada fueron recogidos casi intactos de la mesa.
Y mientras iba y venía a traer pan, bebidas, cubiertos, el moco iba grabándose en nuestras mentes y mezclándose con nuestra imaginación...

Cuando llegó el segundo plato de ellos (yo pasé de pedir más), el Lin se levantó de la mesa y se salió a la calle.
No sabíamos qué había podido ocurrir...
Observé su filete con papas y... socorro...
UN PELO DEL GROSOR DE UN CEPILLO DE DIENTES adornaba su plato...jajajaja...

Yo no hacía más que decir a Antonio, el que conducía, que pagásemos y fuéramos a otro lado, temiendo que se quejaran porque me daba super vergüenza...
(Antonio era el típico road manager de toda la vida, madrileño, buena gente, pero de modales castizos de su barrio. Con acento rollo "Pi-chi... es el chu-lo que cas-ti-ga"...)
Y Antonio llamó al camarero del moco enorme.

Socorro... Seguro que iba a liarla... socorro...
-Vamos, a ver...-gritó en tono amenazador...
El camarero -pobretico, por mucho moco que tuviera- puso cara de susto...
-Esa carne tiene un pelo asqueroso, tengo a media banda saliendo y entrando, y sin comer, y todo por... qué asco!!!

...El camarero se sonrojó, y más aún cuando escuchó:
-HAGA USTED EL FAVOR DE QUITARSE ESE MOCO QUE TIENE EN LA NARIZ, POR DIOS, OSTIAS, Y DÍGAME QUIÉN ES EL DUEÑO DE ÉSTO!!!!- me quería morir...

Me levanté de la mesa muerta de todo, e intenté salir, pero no acabó aquí la cosa.
De repente Antonio vino a por mí, me cogió del brazo y me sentó en una banqueta, frente al dueño del Restaurante...

El que debía ser el dueño me decía (a mí, encima!):
-lo siento, lo siento, "lo del moco" le puede pasar a cualquiera, pero es cierto que lo del pelo se podía haber evitado...
Yo no daba crédito. El pobre hombre se disculpaba conmigo, sin yo haber dicho nada. Serán...
Habían puesto mi nombre y mi cara para quejarse, con el corte que me daba a mi... aaaahhh...

...No podía levantar la cabeza, e incrusté la barbilla en mi pecho muerta de fatiga sin saber qué decir, mientras Antonio le gritaba:
-Una artista, he venido con UNA ARTISTA (socorro, eso me daba más corte aún) y sus músicos y no han podido comer ninguno por asco del "moco" paseando por la mesa y ningún camarero se lo ha querido decir, y encima el pelo ese gordo!!!

...Tierra trágame...
Finalmente el dueño no nos cobró nada más que las bebidas, se disculpó, pero yo no pude mirarlo a la cara ni articular palabra alguna. No sé si pensó que de pura creída, pero la realidad es que fue por pura vergüenza... Mamma mía...

miércoles, 11 de agosto de 2010

105. NUNCA más comeré una tapa de ensaladilla


He de confesar que, aun siendo vegetariana, las croquetas de mi madre no entran en mi lista de alimentos prohibidos. Y he de confesar también que, últimamente, el cuerpo me pide ensaladilla rusa. Aunque tenga atún, qué le voy a hacer...

La cosa es que el otro día, después de un largo día de calle y faenas, mi chico me propuso tomar una tapa en un bar.
Por motivos que imaginaréis, no pienso dar nombres, aunque debería, pero soy también camarera y tengo un pacto de honor con el gremio.

A mi el rollo tapas, como que paso, me gusta comer en casa, pero por hacer feliz a mi chico, pues accedí a su invitación. Y como tengo esa suerte de que siempre me toca el vaso sucio, el pelo, la uña, la pestaña, el párpado y diversas cosas extrañas en mis paseos a bares de tapas, hice un super esfuerzo en no fijarme en detalles pa tener la velada tranquila no agobiar a mi maromo que tan sonriente me había hecho tal proposición.

-Venga chica, solo un refresquito y una tapilla y seguimos con lo que tenemos que hacer.
-ok, vale...
-Vamos a ese bar, que "ponen muy bien de comer"...

...El bar en cuestión se titulaba "marisquería X", aunque el escaparate estaba pelao, eso sí, "comío" de mierda el cristal de arriba a abajo.
No quise decir nada, pero, mala cosa. Si la primera impresión es chunga, no puedo evitar imaginar...

Cuando salió el camarero, blaaaanco como una pared, sudoroso, con unas cejas de dos dedos de grosor y unos pelos que le salían del pecho kilométricos, tampoco quise hacer comentario alguno. Más que nada porque el rollo super-pelos me recordaba a una vez que me senté con mi hermana a una cocacola y el mantel estaba llenito de pelos como de brazo (espero). Y eso, que siempre he pensado que camarero-peludo-que-sirve-comidas es igual a pelo en el plato. Sé que es un prejuicio tonto, pero a ver, qué le hago...

La cosa es que mi chico pidió dos refrescos, una tapa de ensaladilla para mi y una de salpicón para él.
Cuando llegaron las cocacolas, mi filtro de los ojos rápidamente advirtió un momentito-costra por el filo de mi vaso. Varios, para ser más exacta.
No quise aguar la fiesta y con la uña rasqué hasta que salió todo aquello, con disimulo extremo, pero dándome cuenta que el vaso tenía miles de huellas, cosas, churretes... aaarrg...

Pero callé y, tragando saliva, eché el refresquito en su recipiente dándome cuenta de nuevo de que el limón era, como mínimo, de ayer. Y probablemente conservado durante la noche en agua, por lo blandurria que estaba la piel... (ésto de ser camarera a veces es odioso).
El hombre, antes de colocar los vasos, pasó una balleta de esas que tienen pizquitos de otra mesa, dejando la nuestra llenita de migas, averigua de qué, de cuándo y de dónde...

Odié tener tanta imaginación, pero mantuve mi sonrisa intacta...

De repente aparece con una cesta de palillos de pan y, puestos a imaginar, sospeché que serían restos de otros comensales mezclados con pan nuevo...
Y es entonces cuando tropezó con algo, y toooodos los palillos se cayeron por la mesa, a lo que rápidamente mi chico y yo gritamos:
-Naaaada, no pasa nada, tranquilo, no te preocupes...

Ni corto ni perezoso, el camarero de las cejas como bigotes agarró la "carta de tapas" (que tenía mucha porquería y estaba más pegajosa que el cristal del escaparate) y, a modo de pala, introdujo los palillos que pudo en la cesta (llenos de migas pegadas "de otros" de las que espolvoreó cuando pasó la balleta), y los que se le resistían, los terminó de meter con unas manos enooormes y arrugadas en los dedos de la humedad de las miles de balletas llenas de migas que había usado aquel día.
Y lo peor; no hacía ésto para llevársela y traer otra. Lo hizo para dejarla en la mesa. Pa nosotros.

Yo miré a mi chico y sonreí... pero esquivé la mirada antes de que fuese él el que rompiera el encanto del descanso.

Cuando trajo las tapas intenté relajarme y olvidar. La ensaladilla tenía muy buena pinta, de esas caseras medio hechas puré.
Así que, sin mirar el tenedor (por si me encontraba un grano de arroz de paella o restos de yema de huevo) (cosa que me ha pasado ya), pues la probé.

Socorro... Tenía un sabor extraño. Un ingrediente raro que me sonaba a algo pero no sabía ponerle nombre.
Mi chico la probó y, antes de que dijera nada, dije:
-hmmm... tiene... algo... no sé... Me suena el sabor pero...
-Es verdad, tiene algo "raro"...

Palabra clave: RARO.
Me encantó. Que mi chico calificase el sabor como RARO abría la veda de la crítica, pero aun así quise dejar la fiesta en paz. Y aunque por educación yo me como todo en los bares (he sido capaz de guardarme unas croquetas en el bolso por estar saladísimas, por el corte de que me pregunte la cocinera el motivo de dejármelas enteras), y aunque el plato era enano y la tapa pequeña, no pude terminar mi ensaladilla.

Ese sabor... ese sabor... hmmmmmm... qué era? a qué me sonaba?

Mi chico se terminó su plato, que tampoco estaba demasiado bueno -dijo- y nos fuimos de allí.
Durante toda la tarde estuve con ese sabor en mi boca, intentando revivir el momento en que YA lo había probado u olido... pero nada.
Por la noche, con dolor de barriga los dos como de empacho -cosa extraña porque apenas habíamos comido más que "la tapa" aquella- me vino a la mente una escena de hace años.
Socorro...

Mi madre me había regalado una compra navideña que, entre otras cosas, contenía una lata de atún de kilo. Como solo mi chico comía atún, pues la lata pasó tiempecito en la nevera abierta.
Yo, convencida de que el atún en aceite no se pone malo, la mantuve ahí sin inspeccionarla nunca.
Y un día fui a echarle un bocadillo y...
-Oye... el atún se pone malo?-pregunté.
-Que yo sepa no... por?- me contestó mi chico.
-No sé... huele- y se lo acerqué a la nariz...

ERA ESE OLOR. ATÚN MALO. ATÚN PODRIDO. ATÚN DESCOMPUESTO. ME CAGO EN LA ENSALADILLA...

domingo, 11 de julio de 2010

104. GRIMAS de BARRAS...

A veces me cuesta hablar de personas que vienen al bar por querer guardar su anonimato. Mira que nunca doy nombres, y aún así ya me ha llegado algun desconocido preguntándome si al que llamo "el Robocop de dos metros" es tal, o que sospechan quién es "el buenazo de gafas" o el "Draculín"...
Pero es que necesito compartirlos, a ver qué le hago...

Entre los personajes que me visitan, reconozco que algunos me ponen de los nervios porque tengo que prestarles demasiada atención, o porque no me han hecho nada pero me resultan repulsivos y son taaan educados que no puedo negarles charla, o... sencillamente porque me engriman...

Uno de ellos es al que denomino "cara pescao". Y verás, que el hombre es buena persona, correcto, paga siempre... pero tiene un detalle que no puedo evitar que me de grima: hace una especie de percusión que suena a castañuelas.
Es horrible, en serio. Tener que sonreírle mientras toca una especie de palitos que siempre lleva en el bolsillo, no pudiendo evitar cruzar los dedos -de manos y pies- y tener en los dientes la sensación que me produciría escuchar el chirriar de la tiza en una pizarra, el sonido del metal del tenedor en mis paletas al comer o morder un trozo de algodón. Hablo de GRIMA.

A ver, que en serio que el hombre es buena gente...
Le llamo "cara pescao" únicamente en mi pensamiento. Porque es como muy blanco, con un color de cara que me recuerda a las ingles de las vacas, así con especie de manchillas, pelo claro... Una especie de albino andaluz que recuerda a la comida de los hospitales. Sobre todo a la que comen los que acaban de ser operados del estómago. Un "en blanco" que le dicen...

La cosa es que cuando pongo flamenco a cierta hora de la noche, aprovecha cualquier tema que le suene a "rumba" para sacar sus palitos.
Y la grima no solo es cuando los toca. Es la cara que pone. Y el gesto.
Ay, socorro... lo pienso y me engrimo sola...

Tendrá unos cincuenta y pico años, por lo que lleva camisa y pantalón, de esos de raya planchada y bolsillo atrás falso, como los de Filemón. Y como los hombres de su edad, que sin estar gorditos tienen su poquito de panza, pues se coloca la cinturilla a la altura del ombligo. No tanto como Julián Muñoz, pero sí por mitad de la barriga, supongo que para disimularla...

Cuando hace el sonidito ese del que hablo, me mira fijamente abriendo tanto los ojos que parecen redondos (se pone rosa su cara del esfuerzo siempre), toca los palitos con el brazo a la altura del codo, y.... socorro... hace una especie de meneíto de pelvis/caderas/rumbero. Vamos, una grima...
Y lo peor: NO LLEVA EL COMPÁS BIEN!!!

Cuando entra por la puerta siempre miro a mi chico (si está, porque es el único que siente lo mismo que yo) y le hago (a mi chico y de lejos) con disimulo el vaivén de cintura mirándole a los ojos como lo hace este hombre y simulando tocar los palitos.

Se pone malo... jajajaja...

El otro día fue gracioso, porque estando en el ordenador del bar poniendo música y charlando con mi chico, llegó el hombre de los palos y dijo:
-Todavía no le he enseñao a "tu marío" lo que hago. Sería un placer que me pusieras algo de flamenco que se preste a...-se miró los bolsillos y no traía los palitos-... ehmmm... me dejarías dos cucharas grandes?- me dijo y yo pensé...SO-CO-RRO....
(Tengo que advertir que mi chico está pasao de compás y se pone negro cuando alguien toca palmas o hace percusión sin el ritmo perfecto).

Por supuesto que el hombre no recordaba que le había hecho a mi chico el número ya en otra ocasión, y yo, aprovechando la cara de empanao que se le quedó a mi hombre (de puro corte y sospecho que realmente se aguantaba la risa na más), dije:
-Por supuesto, espera que te doy las dos cucharas y te pongo al Pele con Vicente, que a esa música le va mucho tu compás!!!- mi chico me miró con cara de asesinarme...

Jajajajajajaa... puse el tema y directamente me quedé de espaldas a ellos haciendo que miraba cosas en el ordenador... Jajajajajjaja...
Yo solo escuchaba de fondo el interminable momento grimoso del sonido castañuela, y de imaginar la cara de mi chico me caían lágrimas de la risa... Y de imaginar el movimiento de cadera... jajajajajjajajaja...

Por supuesto no voy a reproducir lo que mi señor "marío" me soltó por las fatigas que le hice pasar... jajajajjajajajjaajjaja..

sábado, 29 de mayo de 2010

103. Cosas que ELIMINARÍA de mi trabajo...

1. EL PORTACHAPITAS DE LOS BOTELLINES:
...Colocado encima de la nevera de la cerveza se encuentra éste precioso objeto, cuya función es "portar" las chapitas de los botellines varios que supuestamente abres con el enganche situado en su parte superior.
Al no poderse (o "deberse") atornillar fijo, puesto que cada vez que se llena has de vaciarlo -y no es plan de añadir a mis ya múltiples adornos un destornillador- siempre anda tambaleándose.
Aunque su función sea, aparte de abrir refrescos, conseguir que el suelo de la barra se despeje de chapitas, y así evitar posibles resbalones (con sus consiguientes ridículos), yo uso abridor de mano propio, aunque sí deposito mis chapitas en él.
Tanto para poner cerveza de botella, como para echar hielo (allí hay otro colocado), como para servir, como para casi todo, te suele pillar siempre enmedio.
Algo falla en este complemento, porque me paso media noche recogiendo putas chapitas del suelo y de la nevera:



2. EL PLATO DEL CAFÉ MOLIDO:

Situado en medio de tu camino de ir a cobrar, de ir al lavavasos, de ir a por botellas de alcohol, de ir a por vasos, o sea, básicamente en tu camino para moverte por la barra, es de los complementos del bar más molestosos... Sobre todo porque ni yo pongo cafés, ni muelo, ni porras...Su función es CAERSE, para conseguir ponerte de los nervios:



3. EL ESCURREPLATOS DEL FREGADERO:
... Colocado en el huequito del fregadero, tiene como función escurrir platos. Y puesto que trabajo en un bar de copas con lavavasos propio y si tengo que secar algo a mano lo hago con rollo de servilleta, (y puesto que aún no nos hemos decidido a guisar paella) sirve únicamente para caerse cada vez que rozas el fregadero, cada vez que coges una balleta, cada vez que un cliente toca la percusión en la barra situada sobre el fregadero, o sea, cada vez que respiras. Por tanto, su función pasa a ser "mi función", o sea, RECOGERLO.


Y por último... 4. EL CENICERO DE LOS CAMAREROS:

Sirve para echar la ceniza y apagar los cigarros que TE HAS FUMADO...

...si te da tiempo, claro...

sábado, 24 de abril de 2010

102. AVÓN llama a su puerta...



Tendría yo 15 años y era punky... o eso me creía, claro... Que mucho imperdible, mucho rabillo y mucha laca, pero apestaba a colonia Nenuco...

Me llamaban Kampanilla, como la del licantropunk. Y llevaba los mismos pelos y peores pintas...

Iba camino del instituto cuando me pararon dos señoras, rollo monjas de paisano, super sonrientes... Dudé por un instante si serían testigos de Jehová, que solían perseguirme por aquella época para ver si optaba por el buen camino, pero no... era algo peor.

Mierda de educación pegada a mi ser, que me paré a escucharlas...

Eran representantes de Avón y buscaban vendedoras... socorro...

Y, para variar, por puro corte, por no saber decir NO a tiempo, porque no se sintieran mal, pues eso, que firmé un contratillo sobre un coche, asegurándome por supuesto que absolutamente nadie moderno me viera... Como era menor de edad y ni siquiera tenía DNI, pues me dijeron que diera los datos de mi madre: Esperanza. Y con ella, con la esperanza de que nunca nadie se enterara, marché con mi secreto a estudiar...

Por supuesto que ni por asomo le comenté a mi pandilla de "punkis" del instituto (compuesta por Txus, Charlie, el Kroketas, Victor y el Galletas) ni "mu" de lo acontecido...

Socorro, cómo coño iba a salir de esa pesadilla...

Cuando mis amigos me dijeron de quedar al día siguiente, inventé una excusa porque era mi primera reunión de vendedoras de Avón en un hotel de renombre... Me quería morir...

A la tarde siguiente, salí con tiempo para prepararme psicológicamente para el "momento-llama-a-su-puerta". Porque si corte me daba ir, más corte me daba ser informal y no aparecer...

Total que entro en el salón enorme aquel, compuesto de 300.000 marujas... y yo.
Iba vestida, todavía lo recuerdo, con un jersey de cuello vuelto negro lleno de rotos, unas mallas de licra con agujeros enganchados con imperdibles, y unas botas de soldado con plataforma -con los cordones llenos de flores de plástico reliadas- a las que le había dibujado con titanlux ojos, boca, dientes... Eran mis famosas botas "matrimonio de gansters" (las tenía por parejas). La "masculina" llevaba además pintadas unas gafas de sol y pegada una colilla entre los labios. Y la "esposa" llevaba superpuestas unas pestañas postizas blancas, hechas con el plástico de la tapa del bote de colón, rizaditas y muy monas...

Tanta concentración en la puerta de si "entro o no entro", que estaba empezada la charla...

Una señora super arreglada, en una especie de altar como los de las iglesias evangelistas, hablaba con voz hipnotizante a mogollón de amas de casa hipermaquilladas de avón, y un pestazo a colonias varias (de avón también) inundaba aquel salón de actos...

-...Y para nuestras queridísimas vendedoras que superen el record de ventas del mes pasado, tenemos el precioso collar de perlas "Flor de Indonesia" (o algo así) de regalo...-y sacó de una cajita un collar estrecho de bolas blancas gordas, con forma de flor. O sea, que tenía semicírculos de tira de perlas por todo alrededor, como si fueran cinco pétalos...

-Socorro... -me lamenté para mis adentros- ¿qué coño pintaba yo allí? ¿y si me preguntan? Ay, por dios, si yo no tengo ni idea de maquillajes!!! Si yo me pinto los rabillos con rotulador Edding y los labios con lápiz marrón "Penumbra" del todo a 100!!..-y en ese momento fatídico...

-Por favor, alguna vendedora que lleve un jersey negro de cuello... ¿podría acercarse para que veamos el precioso efecto que deja en nuestro look el collar de perlas "Flor de Indonesia"??- glups...

-Socorro... -pensé escondiéndome en la primera señora corpulenta que vi por delante- no puede ser... por favor... que no me vea... me muero... - y entonces noté las miradas de las 300.000 marujas en mi... Ayyyyy...

-A ver, esa vendedora nueva... Sí tú, no mires atrás, te llamo a tí... (mierda!) Podrías acercarte, por favor?...

Socorro de los socorros... No me lo podía creer... solo quería desmayarme y hacerme la muerta para únicamente despertarme en el hospital.

Y allí me vi, ante miles de señoras, haciendo de modelo del ridículo collar de perlas "Flor de Jamaica" de Avón... mientras ellas observaban mis botas y mis rotos, chismorreando de todo menos de la flor de perlas de mi cuello, horriblemente hortera...

Por supuesto que me mantuve al menos una semana pensativa y avergonzada, sin poder contar a nadie mi secreto, ni mi ridículo, ni mi contrato con Avón...

Solo se lo confesé -entre risas- a mis hermanas. Y por supuesto que no fui a llamar a "su puerta de nadie". Únicamente hice un primer pedido de pintalabios, lápices y polvos para nosotras, las de mi casa... que por supuesto nadie pagó jamás. Por lo que no ingresé la parte correspondiente y me olvidé del asunto...

Y es ahí cuando comenzó mi "persecución de Avón".

Comenzaron a llegarme cartas, primero simpáticas rollo "se le ha debido olvidar hacer el ingreso de su pedido a Avón, pero sabemos que en cuanto reciba la carta irá corriendo al banco..." y luego de más susto con palabras como "emprender acciones legales" y otros éxitos...

Las primeras las remitía "Avón delegación Córdoba". Pero más tarde llegarían las de "Avón Madrid", "Avón España", "Avón Mundo", "Avón Planeta", "Avón Cosmos", "Avón Universo"...

AAAAAAAAAAAAAAARRGGGGGGGGGGGG!!!! Y eso durante meses..

Estaba cagada. Solo esperaba que no se hiciera público. No, mis amigos los "punkis" no podían enterarse jamás!!!

Una noche estábamos la pandilla al completo en un lugar llamado "la litrona", haciendo honor al nombre... Cuando de repente noté una mano que tocaba mi hombro y susurraba:

-Esperanza?- glups...

No podía ser.. Eran las dos señoras que me captaron hacía casi un año...

Por suerte no recordaban mi nombre, puesto que me hice vendedora con el de mi madre. Y por más suerte también, ninguno de mis amigos sabían que mi madre se llamaba así...

-Ehmmmm... no, no me llamo Esperanza...-ay...

-Ah, perdona entonces... Es te pareces mucho a una vendedora de Avón a la que no encontramos desde hace tiempo, que era así como tú, así de moderna... pero perdona de nuevo...-y se fueron nada convencidas, mirando hacia atrás y "sospechando".

-Jajajajajajaja- se descojonaban mis amigos- la han confundido con una vendedora " del Avón ese!!! jajajajjajajajajaaa...

Yo intenté sonreír... y el puto tic del labio superior casi me delata. Hasta hoy.

FIN

domingo, 18 de abril de 2010

101. MUNDO MONSTER...


Hace años yo trabajaba en un bar...

Como era una estructura grande de chapa al aire libre y a la vera del río, en invierno hacía mucho frío. Para calentarlo, se usaban unas estufas de gasoil o algo de eso, gigantes, que echaban aire caliente a lo bestia...
Dentro de la barra teníamos nuestro propio cuarto de baño con espejo para uso del personal...

Una noche, entro a hacer pipí y, lo típico, te miras en el espejo antes de salir y... OH... Me vi particularmente horrible. Y no estaba de bajón ni nada... (sabemos que el estado de ánimos nos influye en nuestra visión). Es más; yo estaba super feliz... pero fea. Fea a más no poder... Vamos, un monstruo...

La cosa es que por más que me miraba no entendía el motivo de estar tan absolutamente horrenda. Era algo nuevo en mi cara, en serio. Algo que me daba un toque monster monster... Más fea que en mis días más bajos. Más fea que nunca...

Y bueno... me fui a la barra a seguir currando bastante agobiada porque realmente no me podía reconocer en ese espejo...

No podía concentrarme en el trabajo. Es como si hubiera visto un rasgo en mi desconocido anteriormente. Como si algo en mi gesto habitual se hubiera transformado... Y lo peor. Los clientes estaban igual de feos que yo. Particularmente horribles. ¿Qué cojones pasaba? ¿me estaría volviendo loca? ¿se estaría acabando el mundo?
Por lo que no pude evitar volver a aquel espejo en cuanto hubo un claro en el bar...

-¿qué coño tengo en la cara?- pensaba- soy otra persona... qué me pasa?- me martirizaba...
Observé mi cara de arriba abajo, centímetro a centímetro, a ver si encontraba el motivo...

Y lo encontré.

En mi nariz. Era como si mis agujeros de respirar fuesen enooormes y oscuros... Era como si llevara gafas de sol en la nariz!!!... Agujeros gigantes que despistaban la atención. Más grandes que mis ojos, más grandes que dos castañas de temporada...
Me vi cara de German Monster!!! lo juro...

-Me estoy convirtiendo en una "respiradora"!!!- pensé- Eso me pasa por "oler tanto las cosas"!!!- me quería morir...

...Cuando pasé el dedo por uno de esos túneles de mi cara, observé que se quedaba manchado de negro!!! Ay...

Las máquinas esas de calor estaban soltando una especie de carbonilla que estábamos todos respirando!!! Y claro, esos pizquitos negros se iban pegando a los agujeros de la nariz, agrandándolos a lo bestia y oscureciéndolos... jajaja... Por eso se veían enormes!!!

...Volví a la barra y... es evidente! Todo el mundo estaba feísimo porque todos tenían esos dos enooormes agujerísimos negros gigantes en sus caras!!!!

Guardé mi secreto y cada 5 minutos volví a ese espejo a convertir mi nariz en "normal"... con lo cual, pasé a ser la más guapa de la reunión...

Lo peor es que NADIE SE DABA CUENTA!!!

Familias y familias monsters bailoteaban en la sala divertidos, con esas narices "germanmonster"!!! jajajaja.. Y se echaban fotos!!! jajajajjaja..
Cuando vi que mi compañero de barra tenía uno solo de sus agujeros gigante y el otro normal, (supe que se había metido el dedo en la nariz) me dió pena y volví al baño con lápiz y papel:

-" MÍRATE LOS AGUJEROS DE LA NARIZ.

LÍMPIATELOS CON PAPEL.

VUELVE A MIRARTE AL ESPEJO

JAJAJAJA.... LO NOTAS???"

...y lo pegué en el espejo.

Y le dije que fuera al wc un momento y luego me contara...

El pobre llegó descojonao, y a partir de es momento pasamos dolores de barriga profundos de la risa... La gente llegaba a la barra a pedir con esas narices que parecía que tenían dos moras de gominola pegadas... jajaja... Uno con un sólo agujero, otros, los que se drogaban, con la aletilla manchada de haber aspirado y haberse "tocado" con los dedos llenos de carbonilla... jajaja... Poseíamos el saber de un secreto que nos convertía en los más bellos del lugar...

A última hora iban ya como carboneros, con tiznajos por todos lados...jajajaja...

Lo gracioso fue cuando fuimos la plantilla -y los que se adosaban- a desayunar... Vaya caras!!! Y nadie se daba cuenta ni hacía el menor comentario!!!!

Al día siguiente confesamos a los jefes la necesidad de limpiar las estufas para no intoxicar al planeta, pero la risa que pasamos no nos la quita nadie...

lunes, 29 de marzo de 2010

100. LO RETIRO

Retiro la entrada anterior.

Fin

domingo, 21 de marzo de 2010

99. QUE VUELVAN LOS MAJARETAS!!!


Si algo me gustaba de trabajar en la noche eran mis majaretas... y el llegar a casa contando anécdotas. Pero algo está pasando, y es que se están volviendo cuerdos...

Creo que tengo algo de culpa. Maldita educación y malditos "gracias", "por favor". Malditas sonrisas y maldita amabilidad! Mucho me temo que lo estoy contagiando...

A ver, si es que a mi me metieron mucha caña con eso del saber comportarse, qué le vamos a hacer... Y qué le hago yo, si le digo "gracias" hasta al que me pide cambio pa tabaco (y luego me doy cuenta de que debería ser al contrario)... Incluso en ocasiones he llamado al del butano o a la de vodafone, y me he despedido con un "gracias, un beso..."

Por no hablar de cuando me piden dos tubos y, por inercia, le doy dos besos al tipo. Pero me sale mecánico, oye... Y sin conocerlo ni na...

También, como la vida me enseñó a que si tratas bien a un maleducado, se descoloca, pues así voy sumando y sumando "gracias", "por favores" y "un besos", y a lo tonto a lo tonto, he contagiado a la clientela...

Lo que antaño era un suplicio y me hacía sentir esclava del sediento, ahora es un huír de halagos constante (que aunque sé que son buenos, a mi me dan vergüenza porque no sé qué cara poner).
Y los ejemplos que cuento no son exageraciones, ni yo trabajo mejor que antes, ni na de na, en serio... Es puro contagio...

O alguien ve normal que cada vez (y "cada vez" es CADA VEZ, o sea: TODAS LAS VECES)que paso la balleta por una mesa me digan:
-gracias, Rakel. Pero qué limpia eres!- y yo muerta del corte.

Si recojo unas botellitas de enmedio:
-Gracias Rakel. Pero qué apañá que eres!- glups...

¿Que se cae un vaso y voy a limpiar el desperfecto?
-Gracias, Rakel, estás en todo siempre...-aaaaahhhh...
Cuando no me piden la balleta para limpiarlo ellos, y si digo que no, que por favor, que lo limpio yo, tiran del trapo para quitármelo (en una auténtica batalla de forcejeo))y no estorbarme...
Y si el vaso se rompe me piden perdón veinte veces por haberlo roto... Y yo:
-Tranquilo, si es lo normal en un bar...
-No, no, no me gusta nada haberlo roto, me siento fatal...
-Oye, en serio, que es solo un vaso...
-Ya, pero lo he roto, sin querer, pero lo he roto, lo siento... Dónde está la escoba, por favor, que al menos lo barra yo...
-Tranquilo, tranquilo...-y me agacho a coger los cristales...
-NOOOOOO...TE VAS A CORTAR!!! CON LAS MANOS NOOOO!!!!- a voces, eh?
...pero mis manos están preparadas, y en cuanto que puedo, huyo con los trozos...

Una vez estaba fregando el baño, que estaba encharcado y una señora me dijo:
-Mientras yo esté aquí, no hagas eso tú, madre mía, tú dímelo a mi...!- lo prometo, eh?

¿Que viene uno que toma cocacola todos los días y le pongo la cocacola sin que me la pida? (porque SÉ que tomará cocacola, porque lo hace siempre, no por otra cosa):
-Gracias Rakel, lo bueno es que estás pendiente siempre.... antes de que te pida tú ya... siempre atenta...- socorro...

Por ejemplo, antes venía una pandillita a la que temía, porque aunque beben tubos únicamente, lo hacen en exceso y se ponen pesadísimos. Siempre se iban los últimos y costaba echarlos. Y ráramente no rompían algo o tiraban al suelo cosas, y para pagar eran un auténtico suplicio...

Pues bien; ahora vienen mucho más serenos (todos), no manchan NADA, pagan al instante y sin rodeos... y encima me traen los vasos de la mesa en cada ronda para que no me moleste yo!!!
Y cada vez que les sirvo me dicen "gracias", me piden las copas "por favor" y cuando llega la hora de cerrar uno de ellos se pone en pie (se van rotando) y grita:
-A ver, es la hora de cerrar porque esta mujer estará cansada de aguantarnos, así que todos en pie, vaya ella a pensar que no tenemos casa!!!- y se levantan ipso facto y se marchan, trayendo a la barra hasta el cenicero, despidiéndose con la frase:
-Gracias por aguantarnos.
Para alucinar.

En el bar donde trabajo la gente suele traerse frutos secos y chuches. Antes cuando yo entré a trabajar al bar éste, era un coñazo el suelo, lleno de cáscaras de pipas, miles de bolsas de gusanitos medio vacías por ahí, papeles...

Pues ahora lo echan todo en los ceniceros, los paquetes vacíos los doblan y los dejan como para una exposición, y al final, lo meten todo en la bolsa que les dieron en la tienda y SE LO LLEVAN A LA PAPELERA DE LA CALLE!!!
Como os lo cuento...

Y si en medio de la noche se me ocurre ir a vaciarles los ceniceros de cáscaras sus frases son:
-Ay, Rakel, qué vergüenza, qué desatres que somos! Pensarás que vaya marranos que han venido al bar hoy!- y yo coloradísima, porque son increíbles, en serio...
-Que no, qué va, por favor... Si sois super limpios echando todo al cenicero, anda, si yo os lo agradezco un montón...
Y ellos:
-pero siempre tenemos la mesa llena, perdón, perdón, discúlpanos, de verdad, nos da mucha vergüenza...
Flipo. Porque a la que le da vergüenza es a mi, por no ponerles un cenicero más grande para que no tengan que tirar de bolsa...

Antes, por ejemplo, cuando ibas a limpiar una mesa, tardabas un siglo porque la gente estaba en medio de su charla y tenías que estar levantando vasos, preguntando si les sobraba alguno, o si me llevaba alguna botella, que si el teléfono, un chicle...

Ahora llego a la mesa, la gente sigue charlando, pero en cuando que me huelen APARECEN MILES DE MANOS que levantan TODOS los vasos, botellas, ceniceros, móviles, etc en cuestión de segundos, y entre todos colocan en una esquinita de la mesa los envases vacíos coreando:
-Gracias, gracias, gracias...

A veces me da fatiga ya ir a limpiar por el corte de los "gracias" y los porfavores"...

Lo normal es que en una barra, si el camarero se pone a hablar y no se da cuenta de que hay clientes esperando, éste se mosquee y pida con malos modos, verdad?
Pues en mi bar no. Y aunque no es corriente que me pase porque estoy atenta siempre, en mi bar la gente me pide perdón por interrumpir mi conversación para pedirme. Yo siempre digo:
-No, por favor, no te preocupes, si yo estoy aquí para poner copas, traquilo...
Y la respuesta siempre es:
-Nada, nada, termina de hablar, en serio, si no me importa...

A veces estoy poniendo música en el ordenador que es de espaldas a la gente (y reconozco que ahí me enfrasco y no me entero de nada) y cuando me doy la vuelta me veo a cualquiera esperando a ser servido, a un metro de mi (pudiendo haber estirado la mano y haberme dado un toque en el hombro), que sabe mi nombre y podía haberme llamado, pero que prefiere esperar, en silencio, para no molestarme en lo que esté haciendo...

Cuando lo veo y digo:
-Ay, perdón, que no te había visto ¿llevas mucho tiempo?
Y la respuesta es siempre:
-Tranquila, no pasa nada, tú haz lo que tengas que hacer que a mi no me importa esperar, de verdad...

Si pongo música antigua, siempre "he tenido telepatía con alguien que quería escuchar ese tema", si la pongo lenta, "era la canción de su vida", si pongo una ranchera para cerrar, era "su tema favorito", si pongo flamenco, "hacía mucho que quería escuchar esa canción"... Ponga lo que ponga siempre hay un agradecimiento. Lo juro. Es algo constante.

Los que eran maleducados ahora son los más agradables, los que tenían greñas sucias, ahora van con coleta, o se han cortado el pelo, incluso siento que ahora vienen afeitaditos... Los malolientes se lavan y perfuman... Todo es POR FAVOR y el final es GRACIAS...
QUÉ ESTÁ PASANDO????

domingo, 21 de febrero de 2010

98. ...MENUDO TIMO...xD

Desde luego que parezco nueva...

Imaginad... tres de la madrugada... carnaval....

Estaba en el bar currando y mi compi de barra me llama porque hay una chica que quiere algo de mi...
-Soy la hija del de la tienda de persianas de enfrente...
(venía con muy mala cara, la verdad...)
-Y?
-Lo conoces? el de enfrente! el de las persianas!!- estaba como agobiada..
-No, no tengo el gusto...
-Ah, pues entonces nada...-suspira y sale pitando...

...Mi compi de barra me dice:
-A mi me ha dicho que había tenido un accidente y que su padre, el de la tienda de enfrente, le ha mandado aquí al bar...

Total que yo, ilusa de mi, imbécil profunda de mi, salgo corriendo a la calle a buscarla...

La veo a unos metros echándose las manos a la cabeza, lloriqueando...
Grito:
-Oye!!! ¿qué te ha pasado???

La chica se me acerca y me dice que ha tenido un accidente, que le han dado un golpe y que se le ha salido toda la gasolina del coche... Empieza a llorar, a gimotear...
-Qué voy a hacer? dios mío!!!... y se echaba las manos a la cara...
(que nadie me diga que de un golpe no se sale la gasolina porque YA ME HE ENTERADO...)

Yo muy preocupada le digo:
-puedo ayudarte en algo? Quieres algo?

Y ella se echa las manos a los bolsillos en plan...
-aaayyy... y encima no llevo nada y vivo en Lucena (o en Cabra, o en no recuerdo qué coño pueblo me ha dicho) y mi padre está allí... ayyy... y lloraba...

Yo intentaba ver al trasluz de la farola si tenía lágrimas, porque me llamaba la atención que con el drama que llevaba encima no le brillase nada en la cara...
Ella me enseñaba las manos llenas de "negro" y seguía diciendo:
-Ay... qué mal, dios mío... mira como me he puesto de intentar arreglar el coche, y además el tío se ha dado a la fuga... mira mis manos!!! ...y mi padre en Cabra, y yo sin gasolina para ir...!!!
(que nadie me diga que "lo negro" de las manos era de la plata que acababa de fumarse porque YA ME HE ENTERADO)

Yo, conmovida por su llanto -seco de cojones-le digo:
-¿quieres que te deje mi teléfono? ¿quieres que llamemos a la grúa? ¿a tu padre? ¿voy contigo al coche?
Y ella, desesperada, me dice:
-No, es que ha sido un golpe nosequé a terceros, y el seguro solo me cubre nosecuantos, y si llamo a la grúa me cobrarán nosequecoños, y mi seguro es de sus muertos en vinagre...
(Vale, reconozco que ahí ha estado fina. No tengo ni zorra de coches ni de atenciones al cliente y me ha soltado la parrafada tan rápido que me lo he creído todo todo sin chistar).
(...y que nadie me diga que no me ha dejado acompañarla al coche porque "simplemente no habia coche" PORQUE YA ME HE ENTERADO)
Por un instante me ha venido a la cabeza la canción del "soy soy soy" de la mútua.. ENCIMA.

Y yo... viéndola llorar...
-Entonces qué necesitas? ¿cómo puedo ayudarte???

Y ella...
-Me muero de la vergüenza... ayyy... y es que no tengo gasolina para llegar a Cabra...
(sí, soy idiota, el viejo truco de la gasolina, pero juro que no he caído con tanto llanto) (...TANTO llanto SECO...grrrrr...)
y continuaba con sus lágrimas...
-...pues al menos 20 euros, para llegar al pueblo...
(que nadie me diga que con 20 euros de gasolina te da para ir a Cádiz, porque YA ME HE ENTERADO)

Yo la miraba, porque de repente me entró el síndrome de la timada, pero la veía tan regordetilla, con su cara con acné, sin pintar, sus manitas negras, la coleta a medio peinar del sofocón...
Y me entró el síndrome del karma, ese síndrome paralelo que aparece y te recuerda que a tí también te podía pasar algo increíble y... en fín... lila. Soy lila. SOY LILA PERDIDA.

-Espera...-y entré corriendo al bar...
En mi monedero 10 euros. Mis 10 únicos euros... Los diez euros de una pobre guardados para mi domingo libre, para cocacolas, para chuches, palomitas.. no sé... Para "ALGO"... algo de ñam, ñam...

Y aunque algo en mi interior me decía que me estaba engañando la colega, el otro "algo" bondadoso me decía:
-anda, si son 10 euros na más... Si te engaña, solo te habrá engañado la mitad, porque solo tienes la mitad de lo que te pide...

-Es lo que tengo, nena...-le dije con pena.

Cuando me quise dar cuenta, mi billete de 10 euros estaban en las manazas negras de la despeinada trolera...
...Porque se le cambió la cara y me dijo:
-Ahora te los traigo, vale? Ahora cuando vuelva de Cabra (lo cual me sonó ya a timo y gordo)... o mejor, mañana te lo traigo...-y seguidamente se mete la mano en el chándal y a la voz de "tú fumas?" se saca un bolón de polen y me dice, ya con voz de macho:
-quédate con "ésto" si quieres y te lo fumas...

-Ehmmm... yo es que no fumo...
-Bueno, pues te lo guardas para un amigo...

-Ehmmm... no gracias... estoooo...

Y SE HA MARCHAO. CON SU BOLÓN DE POLEN.
...Y CON MIS 10 EUROS.
Sí... eso ha hecho la muy...

...Porque tal cual entraba de nuevo en el bar con diez euros menos, mis diez únicos euros, y se lo he empezao a contar a un amigo que me ha preguntado, yo misma me he ido dando cuenta del timo. Yo solita. O sea que no soy tan tonta, eh???
Por supuesto que le he dicho a mi amigo:
-VALE, te lo cuento, pero NO ME DIGAS NADA, OK?. SOY IMBÉCIL. LO SÉ. AHORA, QUE TE DIGO UNA COSA: SOLO TE PERMITO REÍRTE UN POCO, PERO SIN QUE ME AGOBIE YO MUCHO, VALE?

miércoles, 17 de febrero de 2010

97. Se nos fue CANECO...


Esta noche brillará una estrella más... Se nos fue Caneco...

Caneco era de esas personas entrañables a las que todo el mundo quiere. Y ha marchao tan rápido como aparecía y desaparecía en vida...
El "profeta Elías" se fue a reencontrarse con su madre, que sabiamente partió tiempo antes para ir preparándole una mullida cama...
Su historia es como un cuento...

La primera vez que hablé con Caneco no podía dar crédito a lo que me contaba... pero era su verdad y él la creía fielmente... Dios, al que tanto adoraba, le había prometido un puesto de ministro por haber hecho llover durante años, y una princesa bellísima. Y palacios, y tierras, y dinero que pensaba repartir entre todos....
Me contaba cómo se le apareció en forma de paloma un día en el campo y cómo en varias ocasiones había conseguido vencer al maligno...

Gitano moreno de piel curtida, que arrastraba cierto aire de belleza flamenca en su juventud. Y una mirada llena de bondad y melancolía...
Caneco se hacía querer por extraños que te parecieran sus relatos, porque donde hay madera de buena persona la cordura es lo de menos. Lo importante es lo que te movía por dentro cuando lo escuchabas.

Personalmente me importaba poco que fuera una realidad lo que hablaba, porque me gustaba escucharlo ya que a mi me parecía un actor de una película en blanco y negro...
Recuerdo su piel manchada, la sombra que bordeaba sus ojos. Sus manos morenas impecables y su pelo rebelde rematado con aquellas patillas eternas... Y, entre lágrimas y sonrisas, recuerdo los lóbulos de sus orejas, regordetillos -dicen que de sabios y sensibles- de los que un día le comenté que eran como croquetas... Y la tristeza que supuraba su mirar, ayudada por sus cejas encorvadas...

Caneco siempre iba bien vestido, con esas hechuras que eternamente conservan los artistas por años que pasen, por circunstancias vividas... Y querido sería cuando no faltaba a ninguna boda, comunión, bautizo o pedimento. Porque si no uno, era otro, pero para él había siempre hueco en un coche para llevarlo.

Y era en esas reuniones flamencas cuando hacía su aparición más estelar. Porque aunque su traje puede que no fuese el más caro, su porte era siempre expléndido. Peinado y perfumado, con pañuelito de lunares en el bolsillo de la chaqueta incluído.

Y allí en los corrillos, las niñas lo sacaban a bailar, y es entonces cuando se vislumbraba aquel bailaor que fue en su juventud, que le llevó a figurar en la serie "Curro Jiménez"...
Era muy común que los niños le hicieran compás y se marcara su patailla entre ovaciones. Estaba "sembrao"...

En los meses en que trabajé de camarera en el Dadá, mi cliente más fiel era Caneco.
No faltaba una noche.

Yo le ponía su copita de menta, y él se sentaba frente a mi en aquellas primeras horas en las que la ausencia de trabajo me desesperaba, y miraba con su perpetua tristeza... Y me hacía más fácil la jornada.
-Desde luego, Caneco... qué cosa más antigua beberse un "pipermint"!!!- y se reía...
Apoyaba su brazo en la barra y sujetaba su cara cansada con la mano... Y cuando levantaba la vista, yo le sonreía y él me respondía con un gesto de cabeza, un leve movimiento, que yo sabía que significaba algo así como "ea, aquí estamos"...
Y así pasaban las horas repitiendo la misma escena...

Una vez me pidió tres euros "para una cosa" y volvió media hora más tarde, muy disimulao, como si viniese de hacer algo muy importante... y con el jersey lleno de migas de pan. Me hizo gracia, porque se ve que le entró hambre y le dió corte decírmelo...
A veces me comentaba que estaba cansado de esperar a la mujer que Dios le tenía preparada y yo le decía:
-Caneco, a ver si le has entendido mal. No será que tienes que buscarla tú?
A lo que contestaba con tristeza:
-Si Dios me ha dicho que me va a dar una princesa, tendré que esperar- Porque si algo tenía este gitano era paciencia en su espera...
-A ver, cuando Dios quiera me la dará... -y ya le cambiaba la cara y emocionado continuaba- Es una condesa, sabes? La condesa "Pepi" (o al menos eso entendía yo) y es muy guapa. ¿Tienes crédito? Pues marca el número de palacio...
Yo sacaba mi teléfono y hacía que marcaba un número de Madrid que él me iba indicando...
-Condesa?...-y entonces se ponía a hablar con aquel teléfono donde no sonaba nada y me lo pasaba para que yo hablara con ella.
Allí no se escuchaba más que el "pi pi pi" de la línea, y yo se lo comunicaba. Porque yo no quería mentirle. Pero Caneco debía tener un sentido del que yo carecía, porque se alejaba unos metros y yo le veía hablar...

Con el tiempo alguien le dió un teléfono sin línea y ya no necesitaba pedir favores a nadie para hablar con su amada...
Recuerdo el día en que me contó que le pasaba algo muy malo; y era que llamaba a su condesa y ya no escuchaba nada...
Yo me alegré y le dije:
-No Caneco, eso no es malo, eso es muy bueno...

El día que me entrevistó Quintero, nombré a Caneco y le llegó a los oídos. Me encantaba porque me decía:
-Entonces fuiste a Quintero a hablar de mi?- Estaba convencido de que hablamos de él durante todo el programa y siempre esperó su llamada...

A mi me gustaba mucho estar en la Corredera al sol, con un café, y a menudo aparecía Caneco en mi mesa...
Se sentaba, y lo primero que hacía era remangarse los pantalones.
Recuerdo sus tobillitos finos, con los mocasines y los calcetines a la vista, y las piernas al aire hasta las rodillas. Siempre lo hacía. Y mi respuesta, la misma:
-Caneco, no se puede ir tan elegante y con el pantalón subido!!!

Le preguntaba qué había comido, si sabía planchar, si limpiaba su casa, su guiso favorito... Conversaciones cotidianas que no cuestan trabajo pero que estaba segura de que a él le hacían mucho bien. Me hablaba de sus hermanos, sobre todo de una hermana. Que desde que se murió su madre ella se ocupaba de él porque no sabía hacer nada. Que le llevaba su comida, le planchaba las camisas, le lavaba la ropa... y de que le daba 5 o diez euros cada día para sus cositas... Y también me hablaba de Dios.
Y del culto, al que nunca faltaba. Y por supuesto siempre me preguntaba por el Flamenkín, y por si estábamos bien, si nos íbamos a casar... Y me decía que el Flamenkín era muy bueno, que si yo le quería... Y el tema, rápidamente le llevaba a recordar a su princesa...
Y a su eterna espera...

Yo siempre he pensado que las personas al morir encuentran lo que desearon en vida encontrar.
Y como Caneco era muy creyente, estoy convencida de que por fín hoy se ha reencontrado con ese Dios al que tanto veneraba. Hoy podrá disfrutar de su palacio rodeado de tierras, y de esa princesa añorada. Y también sé que desde donde esté velará por todos aquellos que hemos sentido algo especial por él...

Y por qué no... Seguramente ya esté haciendo compás con la mano, en una mesa, cantando aquello que tanto me gustaba...


..."Mal fin tengan los dineros
que por su "curpita" tú a mí me has dejao...
Ya no te acuerdas, "sentrañitas" mías
de cuando comíamos pan y pescao..."

Suerte, Caneco...

viernes, 12 de febrero de 2010

96. AMNESIA...

Supongo que es debido al estrés... pero es que hay temporadas en que la memoria inmediata la tengo a cero. Tengo poco tiempo y muchas cosas acumuladas, y comienzo a liarme.
Sobre todo me pasa cuando estoy currando en el ordenador...
Éste es mi día a día...

Por ejemplo, cojo un cigarro y no tengo fuego. Bajo las escaleras en dirección a la cocina y, al llegar, me quedo pensativa y cojo un donut de chocolate que he visto en el mueble y me dice "cómeme" a gritos.
Me subo al pc y sigo trabajando mientras lo saboreo...

Termino mi merienda y me apetece el cigarrito de rigor.
-UY!, no tengo mechero! Voy a la cocina a por uno... -y bajo las escaleras nuevamente.
Al llegar diviso en el frutero unas manzanas muy brillantes y agarro una y me la subo al cuarto.
Sigo trabajando y, al terminarla, decido que tengo que tirar la parte mordisqueada que no se come.
Bajo a la cocina, dirección "la basura", abro la puertecita, me quedo en blanco... y pillo el limpiacristales y limpio el espejo del cuarto de baño.

Al terminar, recuerdo que me he dejado un trabajo en el ordenador a medio hacer y pienso que qué coño hago limpiando el baño con todo lo que me queda por escribir...

Subo, me siento, agarro un cigarro y no encuentro el mechero.
-Ay, el mechero!... eso era! Voy abajo a por uno! -y repito bajada de escaleras..

Al llegar a la cocina vuelvo a quedarme en babia y el gato se asusta y me cae el palo de la escoba en los pies...
-Barrer, eso era- me digo. Y barro el salón, estiro la tela del sofá, coloco los cojines...

-Ay, el ordenador!!! - y me subo de nuevo...
Al subir veo en la mesa los restos de la manzana que me comí y que nunca tiré y pienso que mejor sería bajar y tirarla a la basura...

Después de siete donuts, tres manzanas, dos yogures, una tostada con manteca, una colada tendida y otra destendida y siete varillas de incienso encendidas por diversos lugares de la casa y doscientos intentos de encenderme un cigarro sin fuego, agarro fuertemente una bolsa, tiro en ella todas las migas, envases y demás, y bajo por última vez a la basura con la palabra "MECHERO" en la boca...

Bajo, tiro la manzana, cojo el mechero... y caliento agua para hacerme un té...
Mientras enciendo la lumbre, observo el mechero y pienso que me recuerda a algo... Ehmmm... mechero, mecheeeerooo...
-Bah... - lo suelto encima de la mesa y subo al ordenador pensando en por qué cojones pierdo tanto el tiempo si lo que tengo que hacer es escribir...

Cuando por vez décima agarro el cigarro y descubro que ni tengo fuego ni porras, escucho a mi chico gritar:
-HAY UN CAZO ARDIENDO EN LA COCINAAAA!!!!

...a lo que respondo:
-¿Y CÓMO NARICES PONES UN CAZO EN EL FUEGO SIN VIGILAR????

jueves, 21 de enero de 2010

95. CRETINO especial CALIENTE CALIENTE

Pues eso, que ya está en la calle...

Os recuerdo que podés encontrarlo en
muchísimos puntos de venta y que tienen un blog digno de visitar para los amantes del cómic, con muchísimos enlaces a otros cómics, otros dibujantes, otros fancines... y que yo tengo TODA LA COLECCIÓN.
Porque se pueden pedir por catálogo y todo, eh?... que son modernos.

Yo, fan número uno, siempre me aprendo de memoria los nombres de los participantes de cada número. Voy a ello, y sin respirar: (espera, que bebo agua primero...)

Portada de Gustavo Sala, y dentro os podreis encontrar calenturas de: el Bute, Molina, Ata , Furillo, Eskiroz, Malapersona, Tamayo, Riquelme, Davín, Jose Tomás, JAgoba Prida, Jorge Parras, Juanfran Cabrera, Nacho García, Kostri, Koko, El listo, Sien y Cristina Suarez, Chos, Monsalvett, Raiz, Guille Martinez-Vela, Pedro Toro, Chema García, Pelorroto, Bellvi, Kalitos, NAcho Galilea, César, Gnomo Malo, Javi Guerrero, Javierre, Xcar, Ana Cano, Galais, Javi Prieto, Juarma, Paco Alcazar y yo.


Venga, que nos los quitan de las manos!!!

miércoles, 13 de enero de 2010

94. Cuidadín con las pastillitas pa dormir...


Hace muchos muchos años, me quedé sin trabajo en Córdoba y tuve que irme a una fábrica de melocotones en almíbar, negocio de una rama familiar murciana, a trabajar un par de meses...

Bueno, yo salí de aquí siendo Rakel Winchester y, cuando fui a la entrevista (yo iba de incógnito, pa que nadie supiese que entraba por enchufe) me dieron una bata ancha nada sexi, una redecilla para el pelo, y pasé a ser el número 789...
Me teñí el pelo de marrón corriente, me hice una coleta, y a trabajar.


Lo recuerdo como una época asfixiante, no solo por ser una nave y ser verano, sino porque no conocía a nadie, era un pueblecito muy tradicional, iba disfrazada, eran muchas horas... y tenía que mentir constantemente.

No podía decir que vivía con mi novio sin estar casada, o que mi pelo real era rojo y de punta, o que me fui de casa joven, o que era sobrina del dueño... Y los horarios eran un coñazo, pues te obligaban a comer antes de la 1 -que se entraba-, y trabajando en la última nave que cerraba, tenía que hacer horas extras obligadas.

Total que acababa super de madrugada y no tenía con quien desahogarme...

Vivía sola en la casa de mi abuelo paterno (que por entonces estaba en la playa), un lugar muy antiguo que olía a tabaco de pipa...


Recuerdo cómo mis compañeras criticaban al moderno del pueblo (un chaval corriente con cuatro mechitas rubias en la cabeza) con frases como:

-uy, si yo me encuentro a ese por la calle de madrugada me desmayo!!!


Pero lo que peor llevaba era el machismo. Esa fábrica la trabajaban mujeres sobre todo, los hombres se tocaban los huevos mayormente y encima hacían comentarios de flipar.

Y me tenía que callar por no dar la nota.



Total, y no me extiendo, que medio me deprimí ahogada en un profundo insomnio...


Llamé a una psicóloga de Córdoba y me mandó unas pastillas para dormir.
Yo, que jamás había tomado eso, no sabía que debías tomarlas justo antes de ir a la cama, porque ni se me ocurrió leer el prospecto... Encima las que me recetó eran bastante fuertes.

Y, muy lista yo, me tomaba mi dosis saliendo de la fábrica... esperando que me fuera entrando el sueñecillo por el camino.


Llegaba a casa medio zombi ya, suponiendo que era cansancio puro -y era de las stilnox de los cojones- y me preparaba la cena... Recuerdo darme golpes con las paredes del pasillo al caminar.

Después me pegaba una ducha y me sentaba a ver la tele... O sea, que mi cerebro debía estar dormido y mi cuerpo espabiladísimo. O que se yo... Observaba las paredes...
Para entonces, llevaban en mi cuerpo ya más de una hora las pastillitas de dormir haciendo su efecto medio triposo...

Pensaba que me estaba volviendo loca. Aquella casa tenía muchas fotos, de esas que tienen los abuelos ampliadas en las paredes, familiares.

Justo en frente, sobre la tele, una de mi abuela ya fallecida.


Yo flipaba porque mi impresión es que aquella cara en primer plano salía y entraba del marco de la foto (eran las pastillas, está claro). La mezcla de aquel efecto, el cansancio y el estar despìerta me hacían crearme películas raras en la cabeza que desaparecían por las mañanas. Las madrugadas eran caras moviéndose por las paredes, algo terrorífico. Y al levantarme todo estaba quieto.

Y tonta yo por ni ocurrírseme achacarlo a aquel medicamento...

Y así pasaban los días, y yo sin poder confiarle a nadie aquel secreto: el estar volviéndome majareta.


Una noche, cuando me senté en el sofá y aquellas fotos comenzaron a moverse a lo bestia, entré en estado de medio pánico. Y hay ahí un vacío en el tiempo que no recuerdo qué pasó.


Jajajajajajaja...jajajajajajaja... Lo cuento:

Por la mañana me desperté acostada en la habitación de mi abuelo, con una virgen de Lourdes -la de mi abuelo de toda la vida que llevaba allí 10 siglos) de esas de souvenir (que la mitad de abajo es de plástico con agua bendita) al lado.

Agua no había ni gota, me la debí beber. Jajajajaja... Y en la mano de la virgen, esa que suele estar estirada, mi foto de carnet enganchada entre los dedos... Jajajaja...

No sé qué me pasó aquella noche por la mente para beberme aquel líquido que debía estar estancado ya por los años, ni sé en qué momento fui a por mi foto para encomendársela a la estatua...jajaja..

Cuando llamé a mi psicóloga pidiendo internamiento urgente en un psiquiátrico...jajajaja...

-Tú estás loca!! las pastillas se toman al irse una a la cama!!!!



Desde entonces... la valeriana entró en mi vida, si acaso...