viernes, 26 de noviembre de 2010

107. El hombre de pelo blanco...


... Ni siquiera lo conocía, y ya estaba trabajando para él. Y durante todas aquellas tardes en que pintaba emocionada el bar donde iba a trabajar, me preguntaba si el dueño, aquel hombre de pelo blanco al que únicamente había visto una vez y que estaba de viaje, sería un buen jefe...
Pero, por cosas de la vida, tuvo que quedarse en aquel lugar lejano sin que hubiera podido enseñarle lo bonita que había quedado la barra...
Y aunque nos separaban más de treinta años, una noche decidí escribirle una carta, sin apenas conocerlo, guiada por el profundo cariño que le tenía a sus hijos, por un sentimiento de nostalgia, de imaginarlo solo en aquel país... No sé...
Fui una entrometida, soy consciente, pero cuando recibí su respuesta supe que mi decisión había sido acertada... Y ahí nació una amistad entrañable, en la que dos personas desconocidas abrían su corazón de una manera mágica... Era algo aparte de la amistad que me unía a sus hijos, era algo entre él y yo...

El hombre del pelo blanco regresó, y mira tú el destino, que llegamos a ser familia política, y alguna vez se dirigió a mi como "sobrina", lo cual me encantó...
Tenía una voz cascada, una mezcla de afonía y tabaco, con mucho encanto, y una conversación de persona que ha vivido intensamente sin pensar en el futuro... Y cuando lo miraba a los ojos, se me mezclaba con su cara la belleza de uno de su hijos, y pensaba: "quién tuviera 20 o 30 años más"... Conservaba esa esencia de "atractivo perpétuo" sin que el tiempo la nublara...

El hombre del pelo blanco tuvo una vida plena... Hizo todo lo que quiso y más... No se privó de nada, ni siquiera de castigarse el cuerpo, porque era un hombre libre, y quien quisiera tenerlo a su lado, tenía que respetar sus alas...

Pero era tan absolutamente independiente, que cansado de los achaques que venía ya arrastrando, decidió que ya había aprendido todo lo que necesitaba en esta vida... Se despojó del vestido una noche en pleno sueño, y se fue a volar...
No sé si estoy triste o estoy feliz, tengo las emociones a flor de piel... Lloro, pero sonrío... Triste por los que quedan, feliz por haber tenido la suerte de haber compartido momentos... Aunque mientras siga en mi recuerdo, seguirá en mí presente.

Nadie se aleja de las personas a las que quiere. Puedes sentirlas cerca, con vestido o sin vestido, porque siempre están a tu lado... SIEMPRE

Querido hombre de pelo blanco... espero que estés feliz, espero que me recuerdes. Que veles por los tuyos y que saludes a los míos que están allí... Cuídate.