sábado, 24 de abril de 2010

102. AVÓN llama a su puerta...



Tendría yo 15 años y era punky... o eso me creía, claro... Que mucho imperdible, mucho rabillo y mucha laca, pero apestaba a colonia Nenuco...

Me llamaban Kampanilla, como la del licantropunk. Y llevaba los mismos pelos y peores pintas...

Iba camino del instituto cuando me pararon dos señoras, rollo monjas de paisano, super sonrientes... Dudé por un instante si serían testigos de Jehová, que solían perseguirme por aquella época para ver si optaba por el buen camino, pero no... era algo peor.

Mierda de educación pegada a mi ser, que me paré a escucharlas...

Eran representantes de Avón y buscaban vendedoras... socorro...

Y, para variar, por puro corte, por no saber decir NO a tiempo, porque no se sintieran mal, pues eso, que firmé un contratillo sobre un coche, asegurándome por supuesto que absolutamente nadie moderno me viera... Como era menor de edad y ni siquiera tenía DNI, pues me dijeron que diera los datos de mi madre: Esperanza. Y con ella, con la esperanza de que nunca nadie se enterara, marché con mi secreto a estudiar...

Por supuesto que ni por asomo le comenté a mi pandilla de "punkis" del instituto (compuesta por Txus, Charlie, el Kroketas, Victor y el Galletas) ni "mu" de lo acontecido...

Socorro, cómo coño iba a salir de esa pesadilla...

Cuando mis amigos me dijeron de quedar al día siguiente, inventé una excusa porque era mi primera reunión de vendedoras de Avón en un hotel de renombre... Me quería morir...

A la tarde siguiente, salí con tiempo para prepararme psicológicamente para el "momento-llama-a-su-puerta". Porque si corte me daba ir, más corte me daba ser informal y no aparecer...

Total que entro en el salón enorme aquel, compuesto de 300.000 marujas... y yo.
Iba vestida, todavía lo recuerdo, con un jersey de cuello vuelto negro lleno de rotos, unas mallas de licra con agujeros enganchados con imperdibles, y unas botas de soldado con plataforma -con los cordones llenos de flores de plástico reliadas- a las que le había dibujado con titanlux ojos, boca, dientes... Eran mis famosas botas "matrimonio de gansters" (las tenía por parejas). La "masculina" llevaba además pintadas unas gafas de sol y pegada una colilla entre los labios. Y la "esposa" llevaba superpuestas unas pestañas postizas blancas, hechas con el plástico de la tapa del bote de colón, rizaditas y muy monas...

Tanta concentración en la puerta de si "entro o no entro", que estaba empezada la charla...

Una señora super arreglada, en una especie de altar como los de las iglesias evangelistas, hablaba con voz hipnotizante a mogollón de amas de casa hipermaquilladas de avón, y un pestazo a colonias varias (de avón también) inundaba aquel salón de actos...

-...Y para nuestras queridísimas vendedoras que superen el record de ventas del mes pasado, tenemos el precioso collar de perlas "Flor de Indonesia" (o algo así) de regalo...-y sacó de una cajita un collar estrecho de bolas blancas gordas, con forma de flor. O sea, que tenía semicírculos de tira de perlas por todo alrededor, como si fueran cinco pétalos...

-Socorro... -me lamenté para mis adentros- ¿qué coño pintaba yo allí? ¿y si me preguntan? Ay, por dios, si yo no tengo ni idea de maquillajes!!! Si yo me pinto los rabillos con rotulador Edding y los labios con lápiz marrón "Penumbra" del todo a 100!!..-y en ese momento fatídico...

-Por favor, alguna vendedora que lleve un jersey negro de cuello... ¿podría acercarse para que veamos el precioso efecto que deja en nuestro look el collar de perlas "Flor de Indonesia"??- glups...

-Socorro... -pensé escondiéndome en la primera señora corpulenta que vi por delante- no puede ser... por favor... que no me vea... me muero... - y entonces noté las miradas de las 300.000 marujas en mi... Ayyyyy...

-A ver, esa vendedora nueva... Sí tú, no mires atrás, te llamo a tí... (mierda!) Podrías acercarte, por favor?...

Socorro de los socorros... No me lo podía creer... solo quería desmayarme y hacerme la muerta para únicamente despertarme en el hospital.

Y allí me vi, ante miles de señoras, haciendo de modelo del ridículo collar de perlas "Flor de Jamaica" de Avón... mientras ellas observaban mis botas y mis rotos, chismorreando de todo menos de la flor de perlas de mi cuello, horriblemente hortera...

Por supuesto que me mantuve al menos una semana pensativa y avergonzada, sin poder contar a nadie mi secreto, ni mi ridículo, ni mi contrato con Avón...

Solo se lo confesé -entre risas- a mis hermanas. Y por supuesto que no fui a llamar a "su puerta de nadie". Únicamente hice un primer pedido de pintalabios, lápices y polvos para nosotras, las de mi casa... que por supuesto nadie pagó jamás. Por lo que no ingresé la parte correspondiente y me olvidé del asunto...

Y es ahí cuando comenzó mi "persecución de Avón".

Comenzaron a llegarme cartas, primero simpáticas rollo "se le ha debido olvidar hacer el ingreso de su pedido a Avón, pero sabemos que en cuanto reciba la carta irá corriendo al banco..." y luego de más susto con palabras como "emprender acciones legales" y otros éxitos...

Las primeras las remitía "Avón delegación Córdoba". Pero más tarde llegarían las de "Avón Madrid", "Avón España", "Avón Mundo", "Avón Planeta", "Avón Cosmos", "Avón Universo"...

AAAAAAAAAAAAAAARRGGGGGGGGGGGG!!!! Y eso durante meses..

Estaba cagada. Solo esperaba que no se hiciera público. No, mis amigos los "punkis" no podían enterarse jamás!!!

Una noche estábamos la pandilla al completo en un lugar llamado "la litrona", haciendo honor al nombre... Cuando de repente noté una mano que tocaba mi hombro y susurraba:

-Esperanza?- glups...

No podía ser.. Eran las dos señoras que me captaron hacía casi un año...

Por suerte no recordaban mi nombre, puesto que me hice vendedora con el de mi madre. Y por más suerte también, ninguno de mis amigos sabían que mi madre se llamaba así...

-Ehmmmm... no, no me llamo Esperanza...-ay...

-Ah, perdona entonces... Es te pareces mucho a una vendedora de Avón a la que no encontramos desde hace tiempo, que era así como tú, así de moderna... pero perdona de nuevo...-y se fueron nada convencidas, mirando hacia atrás y "sospechando".

-Jajajajajajaja- se descojonaban mis amigos- la han confundido con una vendedora " del Avón ese!!! jajajajjajajajajaaa...

Yo intenté sonreír... y el puto tic del labio superior casi me delata. Hasta hoy.

FIN

domingo, 18 de abril de 2010

101. MUNDO MONSTER...


Hace años yo trabajaba en un bar...

Como era una estructura grande de chapa al aire libre y a la vera del río, en invierno hacía mucho frío. Para calentarlo, se usaban unas estufas de gasoil o algo de eso, gigantes, que echaban aire caliente a lo bestia...
Dentro de la barra teníamos nuestro propio cuarto de baño con espejo para uso del personal...

Una noche, entro a hacer pipí y, lo típico, te miras en el espejo antes de salir y... OH... Me vi particularmente horrible. Y no estaba de bajón ni nada... (sabemos que el estado de ánimos nos influye en nuestra visión). Es más; yo estaba super feliz... pero fea. Fea a más no poder... Vamos, un monstruo...

La cosa es que por más que me miraba no entendía el motivo de estar tan absolutamente horrenda. Era algo nuevo en mi cara, en serio. Algo que me daba un toque monster monster... Más fea que en mis días más bajos. Más fea que nunca...

Y bueno... me fui a la barra a seguir currando bastante agobiada porque realmente no me podía reconocer en ese espejo...

No podía concentrarme en el trabajo. Es como si hubiera visto un rasgo en mi desconocido anteriormente. Como si algo en mi gesto habitual se hubiera transformado... Y lo peor. Los clientes estaban igual de feos que yo. Particularmente horribles. ¿Qué cojones pasaba? ¿me estaría volviendo loca? ¿se estaría acabando el mundo?
Por lo que no pude evitar volver a aquel espejo en cuanto hubo un claro en el bar...

-¿qué coño tengo en la cara?- pensaba- soy otra persona... qué me pasa?- me martirizaba...
Observé mi cara de arriba abajo, centímetro a centímetro, a ver si encontraba el motivo...

Y lo encontré.

En mi nariz. Era como si mis agujeros de respirar fuesen enooormes y oscuros... Era como si llevara gafas de sol en la nariz!!!... Agujeros gigantes que despistaban la atención. Más grandes que mis ojos, más grandes que dos castañas de temporada...
Me vi cara de German Monster!!! lo juro...

-Me estoy convirtiendo en una "respiradora"!!!- pensé- Eso me pasa por "oler tanto las cosas"!!!- me quería morir...

...Cuando pasé el dedo por uno de esos túneles de mi cara, observé que se quedaba manchado de negro!!! Ay...

Las máquinas esas de calor estaban soltando una especie de carbonilla que estábamos todos respirando!!! Y claro, esos pizquitos negros se iban pegando a los agujeros de la nariz, agrandándolos a lo bestia y oscureciéndolos... jajaja... Por eso se veían enormes!!!

...Volví a la barra y... es evidente! Todo el mundo estaba feísimo porque todos tenían esos dos enooormes agujerísimos negros gigantes en sus caras!!!!

Guardé mi secreto y cada 5 minutos volví a ese espejo a convertir mi nariz en "normal"... con lo cual, pasé a ser la más guapa de la reunión...

Lo peor es que NADIE SE DABA CUENTA!!!

Familias y familias monsters bailoteaban en la sala divertidos, con esas narices "germanmonster"!!! jajajaja.. Y se echaban fotos!!! jajajajjaja..
Cuando vi que mi compañero de barra tenía uno solo de sus agujeros gigante y el otro normal, (supe que se había metido el dedo en la nariz) me dió pena y volví al baño con lápiz y papel:

-" MÍRATE LOS AGUJEROS DE LA NARIZ.

LÍMPIATELOS CON PAPEL.

VUELVE A MIRARTE AL ESPEJO

JAJAJAJA.... LO NOTAS???"

...y lo pegué en el espejo.

Y le dije que fuera al wc un momento y luego me contara...

El pobre llegó descojonao, y a partir de es momento pasamos dolores de barriga profundos de la risa... La gente llegaba a la barra a pedir con esas narices que parecía que tenían dos moras de gominola pegadas... jajaja... Uno con un sólo agujero, otros, los que se drogaban, con la aletilla manchada de haber aspirado y haberse "tocado" con los dedos llenos de carbonilla... jajaja... Poseíamos el saber de un secreto que nos convertía en los más bellos del lugar...

A última hora iban ya como carboneros, con tiznajos por todos lados...jajajaja...

Lo gracioso fue cuando fuimos la plantilla -y los que se adosaban- a desayunar... Vaya caras!!! Y nadie se daba cuenta ni hacía el menor comentario!!!!

Al día siguiente confesamos a los jefes la necesidad de limpiar las estufas para no intoxicar al planeta, pero la risa que pasamos no nos la quita nadie...